viernes, 31 de diciembre de 2010

2011, prepárate :)

…Digamos que el año empezó dividido en tres, y ha terminado en ocho partes, cada una de ellas importante… Las más importantes.

Digamos que fue bonito estar un 14 de febrero pisando las calles de Venecia. Digamos que fue bonito, también, perderse de la mano de dos locuras infinitas por las calles de un pueblecito apartado de Roma. Y digamos que, reafirmándome en el hecho de que fuera uno de los mejores viajes de toda mi vida, estaremos dispuestas a volver en cuanto se presente la más mínima oportunidad, porque dejamos mil sueños aferrados a aquella cúpula desde la que vimos al sol acostarse apenado tras las casas de Florencia.

Digamos que fue bonito también que alguien dedicara una canción a su futura esposa, sin importarle quién estuviera delante, y consiguiendo hacer florecer la sonrisa más sincera al darse cuenta.

Después de un año de presión por cada rincón por el que lo mirases, pusimos fin a una etapa de nuestra vida para prepararnos para madurar en la siguiente, dejando atrás la ilusión de cada mañana de ver sentado 5 centímetros a mi derecha la razón por la cual no podía haber un solo día sin media carcajada.

Alguien nos enseñó la fuerza y las ganas de vivir, y que su ejemplo no ha de caer en el olvido.

La historia volvió a repetirse un año más, pero fue entonces cuando me di cuenta de que las cosas solo ocurren una vez. Y que, a pesar de haberte perdido, el destino de olvidó de la oportunidad que tenía guardada en un cajón para mí, para volver a recuperarte, a pesar de que mi subconsciente anhelaba a gritos lo que mi cabeza pretendía rechazar bajo excusas baratas. Que fui una excusa en tu vida y que parezca ahora tan obvio, un sendero entre tu persona y un sentimiento. Una línea en el libro en el que se escribe la historia de tu vida... Olvidarme no entraba dentro de nuestros planes.

Una vez más, me reiteré en el hecho de que la amistad no la hacen los años, sino las personas. Y que la felicidad no es una meta, sino una forma de vida. Que una pequeña grulla azul es capaz de mostrarnos el camino más fácil para aprender a volar. Y que, por qué no, me volví a permitir la estupidez de imaginarme en tus brazos durante algo más que una noche (o dos, o tres). Que convertir a alguien en tu protagonista puede hacerte perder el rumbo; que le puedes dar la capacidad de decidir en tu propia historia.

Por primera vez alguien consiguió envolver la pena que no había rozado mis labios con un abrazo implorado sin palabras, y sorprenderme en el momento más inesperado con la frase más bonita que te han podido decir jamás.

Digamos, pues, que el 2010 ha sido grande. MUY GRANDE, me atrevería a decir. Y que el 2011 se prepare, porque ha de ser aún mayor :)

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